Hubo un tiempo, no tan lejano, que el gris roto era el rey de todo. De los salones, de los abrigos, de los catálogos de Zara Home, de los fondos de Instagram, del branding de cualquier marca que quisiera parecer cara. Se podría considerar como el aguacate de los calores: saludable, cool y omnipresente. ¿Qué te parece la comparación?