En la devoción a la Divina Providencia, nos confiamos a Dios Providente mediante una oración ofrecida el día primero de cada mes, y de manera especial, el día primero del año. Se debe hacer la oración a la luz de una vela que nos recuerde la luz de Cristo y nuestra fe en Él recibida en el Bautismo; que nos recuerde también nuestro compromiso de ser "luz del mundo", dando testimonio de nuestro cristianismo ante los demás. Catequesis sobre el Credo, del Papa Juan Pablo II, en su libro "Creo en…